Hay canciones que se prestan de una manera especial a ser versionadas. Para mi lo bueno de las versiones de algunas canciones como creo que he comentado en alguna entrada anterior del blog, no es que mejoren el original, sino que el interprete las haga un poco suyas dando como resultado algo diferente y que hagan que te apetezca escucharlas como algo nuevo. Y esto es lo que me pasa con este maravilloso tema que grabó originalmente Barry Manilow y las dos versiones que traigo hoy. La primera es de la joven cantante filipina Nina, con una voz extraordinariamente sensible que pone la piel de gallina en cada una de sus interpretaciones; la canción se incluye en un disco que dedicó integramente a la música de Barry Manilow.
La segunda es una versión solo con piano de Daniel Evans un cantante que se ha dado a conocer en la versión inglesa del programa Factor X, que cautivó al público con una presencia y una voz increíble, un cantante que se podría considerar todavía amateur, que no tiene ningún album en el mercado pero que muestra una profesionalidad asombrosa (no hay más que ver sus videos musicales en su página web, no os la perdais).
(Y que conste que la versión original de Barry Manilow, una de sus grandes canciones, es una verdadera joya).
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